Como todo un sex-symbol, Enrique Iglesias disfruta en el escenario del cariño de sus fanáticas, a quien siempre complace en sus show, haciéndolas subir junto a él o hasta dándoles besos.
Pero sin dudas, hizo una de sus jugadas más atrevidas en Nueva York, cuando una fan le arrojó un brasier y él se lo probó.
Enrique tomó la ropa interior y primero la olió, para sentir a su seguidora, y luego se puso brasier sobre su ropa cual ladyboy tailandés.
Luego, hizo una seña mostrando sus tres dedos… ¿querría tres más? Y siguió con su repertorio musical.
El español anunció días antes su casamiento con su novia Anna Kournikova, con quien lleva más de una década juntos.
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