Luego de durar 16 años en el béisbol de Grandes Ligas, el expelotero Vladimir Guerrero no quiere nada con este deporte. Su vida está inmersa en el descanso, jugar dominó y de vez en cuando softbol, además de ir al río con sus amigos de infancia y compartir con la familia, son los nuevos hobbies del posible Salón de la Fama de Cooperstown.
Vladimir alega que pasó mucho trabajo en el béisbol por casi dos décadas, y que llegó la hora de dedicarle tiempo de calidad a su familia. No le interesa volver al deporte que le dio todo en ninguna faceta por el momento.
“Fueron muchas las malas noches por las que pasé en mi época de pelotero. Ahora solo pienso en descansar con mi familia, ir al río y compartir con amigos de infancia”, dijo. “Ni siquiera voy a los negocios, de eso se ocupa mi hermano Eliezer, lo mío es descansar en mi casa. Jugar dominó en casa ó en el río, softbol, entre otras cosas”.
Pese a que habla con mucho orgullo de su familia, a sus 42 años de edad, tiene ocho hijos, pero no piensa en el matrimonio, Le huye como el Diablo a la cruz.
“No me he casado, ni estoy en eso”, aseveró Vladimir, quien jugó con los Expos de Montreal, Angelinos de Anaheim, Ranger de Texas y Orioles de Baltimore. Vladimir es dueño de medio pueblo en Don Gregorio. Tiene tantos negocios que no logra recordarlo todos, y su dinero está invertido en mayoría en la agricultura, siendo los vegetales, víveres y la tierra sus fuertes.
“Tengo mucha tierra,fincas, vacas. Tenemos siembras de ajíes, víveres, tomate, entre otros negocios que no recuerdo, de eso se ocupa mi hermano Eliezer, quien lleva todo”, expresó Vladimir, quien no tiene conocimiento de cuándo entrará su pensión de Grandes Ligas, mucho menos de cuanto sería el monto de la misma.