El primer vuelo “0”, de Dominican Wings a territorio norteamericano, por las puertas del Aeropuerto Internacional de Miami.
Tras 22 años de ausencia de la bandera nacional en la aeronavegación comercial hacia Estados Unidos, era técnicamente en las pantallas lumínicas de esta terminal, vuelo 233, realizado por el Air Bus A- 320, con capacidad para 180 pasajeros, tiene una trascendencia que no se llega a reflejar, en los contenidos mediáticos publicados, ya como crónica social o como nota informativa, de un hecho que trasciende el interés empresarial privado.
Para que el país ingresara territorio norteamericano – cumpliendo con las numerosas exigencias técnicas e institucionales de Estados Unidos y Canadá, sobre el filo de la industria de los vuelos aéreos comerciales (charters, como en el caso, o de cualquier otro tipo), el camino que hubo de ser recorrido, no fue ni sencillo, ni fácil.
Desde despachos oficiales, que no entendían o no deseaban entender la trascendencia del proyecto Dominican Wings Dom, se verificaron muchos rechazos y hasta desplantes, hubo muchas horas de espera en antedespachos para esperar ser recibidos, para que al final no se pudiera ver a nadie que escuchara las buenas nuevas que comportaba para la aeronavegación nacional este proyecto de Alas Dominicanas.
Pero la persistencia, la fe en que era posible, el trabajo y la inversión exigente, al final han tenido su carta de éxito.
Para que el país ingresara territorio norteamericano – cumpliendo con las numerosas exigencias técnicas e institucionales de Estados Unidos y Canadá, sobre el filo de la industria de los vuelos aéreos comerciales (charters, como en el caso, o de cualquier otro tipo), el camino que hubo de ser recorrido, no fue ni sencillo, ni fácil.
Desde despachos oficiales, que no entendían o no deseaban entender la trascendencia del proyecto Dominican Wings Dom, se verificaron muchos rechazos y hasta desplantes, hubo muchas horas de espera en antedespachos para esperar ser recibidos, para que al final no se pudiera ver a nadie que escuchara las buenas nuevas que comportaba para la aeronavegación nacional este proyecto de Alas Dominicanas.
Pero la persistencia, la fe en que era posible, el trabajo y la inversión exigente, al final han tenido su carta de éxito.