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Un dominicano en la Antartida


 El joven Rufy García Santana, con apenas 21 años de edad, ya siente que ha cumplido uno de sus mayores logros, llegar a la Antártida, en una travesía que duró unos seis meses, y que pudo hacer realidad gracias a que forma parte de la Armada de España.


Nació en el sector de Villa Mella, Santo Domingo Norte, donde aún reside su padre Rufino García González, pero se fue a vivir a España a los 16 años. Allí vive con su madre y una tía.
Cuando contaba con 18 años ingresó a la Marina de Guerra de allí, donde forma parte de una misión que hace ruta a distintos lugares del mundo para buscar y llevar científicos a la Antártida.
Fue el 14 de octubre del año pasado cuando una misión integrada por 32 miembros, entre ellos 12 marineros, nueve oficiales, seis sub oficiales y seis cabos, salió de España rumbo a la Antártida, lugar donde tiene una base militar y, además del ejército en tierra, se instalan científicos que tratan de analizar el cambio climáticoel medio ambiente y otras temáticas.
La expedición duró 187 días, con escala en Mar de Plata, Argentina, Punta Arena, (Chile) y de regreso a España hizo parada en Brasil.
Rufy, quien en plena travesía, el ocho de abril, cumplió sus 21 años, tiene la misión de cocinero del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) “Las Palmas” , donde forma parte de un grupo con el que según dice se lleva muy bien.
El BIO “Las Palmas” fue el primer buque español que participó en misiones científicas en la Antártida, concretamente durante los años 1988 y 1991, antes de que entrara en servicio el BIO “Hesperides”, según consta en la página web dedicada a su historia.
Para Rufy, quien asegura ser el único dominicano en llegar a las heladas aguas de la Antártida, otro de sus mayores logros es formar parte de la Armada Española, tras asegurar que su familia se siente orgullosa de que sea un joven de bien.
Allí combina sus estudios con su trabajo. Actualmente termina el bachillerato, y mientras navega puede seguir estudiando, ya que recibe clases vía intranet.
“El momento más significativo para mí fue llegar a la Antártida, es lo más hermoso que he visto en mi vida, ahí para ver las montañas blanquitas usted tiene que ponerse unos lentes oscuros, de lo blanca que es, sino no se puede ver. El montón de animales que hay allí que yo en mi vida no pensé que iba a ver”, cuenta.
En el lugar, que es protegido por todos los países, existen especies como elefantes y lobos marinos, pingüinos, ballenas, orcas y otros tantos, que según narra Rufy son cuidados celosamente por todos los que visitan el lugar y los que están de misión allí.
Sin embargo, no todo fue color de rosa. El joven militar cuenta que vivió momentos difíciles cuando durante la travesía tuvo que cruzar el Mar Ross Sea, considerado el más peligroso del mundo. “Durante dos días usted va en el barco y es mareado o perdido, eso es lo peor que hay, a usted no se le quita el mareo, eso es una licuadora que va ahí”, cuenta entre risas.
Aunque duraron dos días cruzando ese espacio, dice que el mareo se extendió por casi tres meses. “Era una de las misiones más largas, yo estuve tres meses mareado. Usted no sabe lo que es levantarse todos los días mareado y al primer sitio que hay que ir es al baño y luego a trabajar”, dijo.
Su trabajo en la armada también lo combina con estudios de actuación y de música, ya que según dice también desea ser cantante de hit hop.
Rufy hizo un llamado a los jóvenes para que luchen por lograr sus sueños, pero que lo hagan apegado a la honestidad. “He visto a muchos jóvenes que quieren hacerse ricos en dos días, pero lo que caen es en la cárcel, mi recomendación es que si tienen la oportunidad de forjarse un futuro mejor, sin ver que su familia se sienta mal porque hace lo indebido, buscando un trabajo digno para que pueda ser buenas personas y que vivan una vida sana, que cuando Dios quiera uno tendrá lo suyo”.


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